¿Qué relación tiene la Estrategia Militar con la Estrategia de Negocios?

En principio parecería que ninguna, no obstante cuando uno repasa los elementos que Sun Tzu identifica como parte de la estrategia de guerra en su libro  “El Arte de la Guerra”, encuentra posible realizar ciertas analogías:

1º Elemento: El Tao o la Política

Estrategia de Guerra

La alineación con la voluntad del líder, lo que hace al ejército luchar y morir por el ideal.

Estrategia Empresaria

Los valores, la cultura y la motivación de la organización. La misión y la visión de la empresa.

2º Elemento: El Cielo

Estrategia de Guerra

El clima, las estaciones, el entorno.

Estrategia Empresaria

El entorno, la economía, la política, la tecnología, los ciclos económicos y políticos. El timing de la empresa para conducirse en esos ciclos.

3º Elemento: La Tierra

Estrategia de Guerra

La geografía, el terreno. El movimiento por el terreno adecuado y sobre todo el posicionamiento en terreno favorable para las batallas.

Estrategia Empresaria

El posicionamiento estratégico de la empresa en el mercado relativo a sus competidores.  El mercado, las reglas de juego, las características del consumidor, gustos y preferencias, segmentos, canales y la fuerza relativa de la empresa frente a la competencia en cada segmento/lugar/canal

4º Elemento: El General

Estrategia de Guerra

Sabiduría, credibilidad, benevolencia y coraje. Si el líder se impone a sus oficiales los confunde y desmoraliza, si no los guía pierde autoridad

Estrategia Empresaria

Liderazgo, establecer un sentido de dirección, alinear y motivar los equipos. Toma de decisiones estratégicas y manejar las tensiones organizacionales relacionadas con esas decisiones.

5º Elemento: Las Leyes

Estrategia de Guerra

La organización militar, las reglas, la disciplina y el manejo de la logística.

Estrategia Empresaria

Planificación, objetivos, metas, medición de resultados. Organización, estructura, gobierno corporativo e información para reporte.

Sun Tzu afirmaba, “Si no hay Plan no puedes vencer al enemigo, no hay Orden, los hombres no saben qué hacer, no se puede concentrar esfuerzos y recursos, el enemigo nos puede sorprender. Es fundamental alinear a la gente atrás del plan.”

Para que esto ocurra, la administración estratégica a lo largo del tiempo ha diferenciado el pensamiento estratégico del planeamiento. Mientras el primero consiste en la generación de ideas alineadas detrás de una visión y una misión, lo segundo se relaciona con la construcción de una agenda, definiendo tiempos, objetivos y responsables.

En palabras de Henry Mintzberg, el planeamiento estratégico a menudo estropea el pensamiento estratégico haciendo que se confunda una visión estratégica con objetivos numéricos. Todos hemos asistido a reuniones interminables donde luego de varias horas de discusión no se logra llegar a una conclusión ni mucho menos definir un norte. O reuniones donde la estrategia es una cuestión de incrementos porcentuales sobre el ejercicio anterior.

Todos coincidimos en que contar con una estrategia es importante en toda empresa, sin importar el negocio ni el tamaño de la misma, es la herramienta que ayuda a integrar todas las actividades de la firma, definir un sentido de dirección, competencia y propósito , así como también establecer un sentido de pertenencia.

Para lograrlo tengamos cuidado de no confundir el pensamiento con el planeamiento estratégico. En uno definimos como será el futuro de la compañía en función de la visión y la misión de la empresa, mientras que en el otro ejercicio, la forma de implementarlo estableciendo una agenda de acción.

Tampoco confundamos planeamiento estratégico con planeamiento financiero, el primero es como implementar la estrategia, el segundo es sólo una parteo del anterior.

Como empresarios o gerentes, estemos atentos,  no nos puede ocurrir que teniendo todos los elementos necesarios fallemos a la hora de alinearlos en una estrategia (pensamiento) y su forma de implementarlo (planificación) y no logremos el objetivo final de ganar la guerra o lograr la superioridad competitividad deseada sobre nuestros competidores.

Jorge Hoqui Socio Miembro AVPS

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